sábado, 30 de enero de 2010

Fantasía


La fantasía, es un mundo que muchas veces nos ha salvado.
Desde pequeños que soñamos con ser invisibles, con poder volar, con tener autos voladores y robots que hicieran la tarea por nosotros.  
El día de hoy imaginamos un mundo fantástico en donde podamos respirar en paz, todo es hermoso como nosotros siempre lo quisimos.  Donde giramos la cabeza, y a nuestro lado él o ella está, sólo para nosotros.  Donde el cielo sólamente es puro celeste,  no hay complicaciones y la palabra "problemas" nunca existió.
  Es importante no perder este mundo nunca,  muchas veces es bueno trasladarse a un cielo estrellado en donde las palabras no existen, y solo nos comunicamos a través de miradas y caricias. Este mundo nos puede salvar en los momentos más difíciles.
 Lo que yo me pregunto es :
¿Por qué no, aplicar un poco de fantasía a la realidad, pensar en que todo puede ser mejor, que nuestro esfuerzo va a ser más fuerte que cualquier cosa, que podremos vencer todos  los obstáculos y todo llegará a asemejarse con nuestro mundo fantástico? Tratando de trasformar la fantasía en realidad tendremos la fuerza necesaria para afrontarlo todo.
¿Será que la fantasía es sólo un adelanto de lo que está por pasar? Decidí vos. 

miércoles, 27 de enero de 2010

Sueño bastante real

 Hoy cuando me desperté sentí una sensación muy rara, ya no supe qué era verdad y qué no. Qué cosa era un sueño y qué cosas una realidad. Resulta que yo había arreglado con una amiga para ir al cine el día de hoy a ver una película ( Avatar en 3D)  que no sabía si iba a conseguir entradas,  entonces arreglamos en sacarlas ayer.  Lo que no recuerdo es si lo hice o no.. Durante el sueño me acuerdo que ella se había llevado las dos entradas a su casa, después de que yo la acompañara  a retirar las mismas.   Me acuerdo que yo le dije:
-Tenelas vos que yo las voy a perder.
Hoy cuando me desperté, lo primero que hice fue llamarla para preguntarle a qué hora íbamos. (En realidad yo daba como un hecho que las entradas las tuviera ella) Ella me respondió:
- Dari, no sacamos ninguna entrada al final, ¿no te acordás?
Yo disimulé diciendo que todavía estaba un poco dormida  para acordarme y corté el teléfono. Pero todavía, en este momento no me puedo acordar qué fue lo que pasó. Ya no sé qué es lo real, que fue lo que sucedió en verdad. Siento que por un instante viví en un mundo alucinante,  irreal pero que era un espejismo de la realidad, imitándola tan perfectamente  que ya no supe diferenciarlas. En realidad, ¿cómo podemos saber que esta realidad no es un sueño eterno hasta el día de nuestra muerte?

sábado, 16 de enero de 2010

Un viaje con destino pero sin rumbo.


Azul fue a dar un paseo, si bien nunca entendió cómo, un presentimiento le comió la cabeza, no supo si era bueno o malo, solo sabía que algo grande muy grande iba a pasar. Eran las 5 de la tarde y la playa tan perfecta se hallaba vacía; la única alma que rodaba en esas instancias era la suya, acompañada por los bailarines marinos que danzaban para su propio placer, la arena acariciaba sus pies. Ella se agachó y tomó algunos granos y teniéndolos en su mano soplo hacia delante, siempre adelante . Las agua cristalinas y calmas ofrecían una invitación que Azul no pudo rechazar. Allí fue, a las 5.30 Azul se acercó a la orilla, tomó la balsa, se aseguró que estuviera firme y se largó al mar, con un rumbo desconocido, pero con el extraño parecer de que tardaría mucho en regresar. A las 6 de la tarde y un poquito más, Azul se encontraba en medio de un paisaje tan hermoso, tan puro, el Sol caía y cubría el cielo de un color rojizo, anaranjado y amarillento hacia lo lejos. El movimiento del mar era producido sólo por la gran cantidad de peces que había. El aullido de las olas, chocando contra la madera de la balsa era música para sus oídos arruinados de tantas voces, de tanto caos. Tantos quehaceres y obligaciones saturaban su mente día a día.
A las 6.30 cuando el Sol se despedía con sus últimos rayitos de luz Azul entró en un estado de paz interior indescriptible. La suavidad de la brisa, la claridad del agua y el baile de tantos animales marinos le provocaban sensaciones distintas.
No puede describirse lo que ella sentía, era tan confuso, felicidad y envidia al mismo tiempo. Amaba estar allí, sentada en esa balsa, contemplando semejante espectáculo, pero al mismo tiempo se quejaba por no poder estar allí, abajo con ellos, con esa fauna acuática que ella tanto admiraba. Ser parte de eso y no de una humanidad ocupada tan sólo en ellos mismos.
Azul observaba a esos bailarines que no paraban de danzar, cada vez con más ímpetu, más fuerza, dando saltos sobre su cabeza, ella admiraba verlos pasar.
La tierra le parecía demasiado llena, de civilizaciones, de palabras, de GRITOS. El agua la calmaba, la animaba hacia un mañana mejor, una sociedad mejor. Pero ella se sentía una sirena, sin cola. Aunque amaba el mar, sabía que solo sería una espectadora por el resto de su vida.
Desdichada mujer que maldecía su destino, se echó a llorar y en fin, a dormir.

5.30 de la mañana. Azul despierta, pero la balsa ya no está. Sus oídos duermen, por fin, ya no hay caos ni gritos, sólo silencio. Ahora sí tiene cola. Ahora el sol se encuentra a lo lejos, detrás de una cortina de agua que se ve lejana. Su cuerpo ya no es el mismo, su alma sí. Su deseo se hizo realidad, no más gente, no más gritos. Ahora está entre peces, y es uno más. Ella no sabe si está soñando o si recién acaba de despertar, lo único que tiene más que claro es lo que está sintiendo. La felicidad pura por primera vez. Resurrección. 

lunes, 11 de enero de 2010

Con tanto griterío no puedo escucharte mi amor!
Parece que fue ayer el día que te conocí pero en realidad hacía mucho tiempo que estábamos comunicados sin ser concientes aún. Hacía mucho nos amábamos, sin buscarnos quizás con la esperanza de que algún día estuviéramos juntos. Y ese día llegó y todo se volvió complejo, la dificultad se volvió clave.
Con los dedos de las manos ya comienzo a contar los minutos, los segundos, los instantes que faltan para que todo comience o mejor dicho, termine.
Para que vos seas la única razón y cada movimiento, cada idea sea regida solo por vos.
Terminará la voz, la opinión, ya no habrá que retenerse a nada.
Estas puertas por fin serán abiertas, con mi llave, también abriré la tuya. Las cárceles se terminarán y no habrá más terror, no habrá más palabras, no habrá más gente alrededor, los impedimentos cesarán. Y así quedaremos en silencio, un profundo y tranquilo silencio que nos proporcionará todo lo que necesitamos, la paz. Ese amor mutuo tan prohibido llegará a su máximo esplendor y nada lo apagará, va más allá de todo y de todos porque en realidad, ya no hay nadie y no hay nada. Sólo nosotros hundiéndonos entre miradas, enamorándonos todo el tiempo entre caricias, sintiendo el roce de nuestros labios y jugando a un juego que sólo nosotros podremos finalizar, el amor.