Yo creo que la gente argentina ama el tango. Pero no sólo por su dos por cuatro pegadizo, que nos hace bailar. Si no porque sus melodías son un tanto melancólicas y reflejan la vida de quien la está cantando.
Podríamos saber cómo está una persona tan sólo mirándola cantar, porque su voz en cierto momento desprende un brillo único, y tan natural.
Además, no sólo cantan con la voz, si no con la mirada, con las manos. Cada gesto puede significar un amor perdido o la esperanza de que volverá ese amor, o la ciudad porteña en donde transcurrió su infancia.
En fin, el tango sobre todo, creo que trata de sanar las heridas que todavía no han podido cerrarse y esperan por eso.