lunes, 11 de enero de 2010

Con tanto griterío no puedo escucharte mi amor!
Parece que fue ayer el día que te conocí pero en realidad hacía mucho tiempo que estábamos comunicados sin ser concientes aún. Hacía mucho nos amábamos, sin buscarnos quizás con la esperanza de que algún día estuviéramos juntos. Y ese día llegó y todo se volvió complejo, la dificultad se volvió clave.
Con los dedos de las manos ya comienzo a contar los minutos, los segundos, los instantes que faltan para que todo comience o mejor dicho, termine.
Para que vos seas la única razón y cada movimiento, cada idea sea regida solo por vos.
Terminará la voz, la opinión, ya no habrá que retenerse a nada.
Estas puertas por fin serán abiertas, con mi llave, también abriré la tuya. Las cárceles se terminarán y no habrá más terror, no habrá más palabras, no habrá más gente alrededor, los impedimentos cesarán. Y así quedaremos en silencio, un profundo y tranquilo silencio que nos proporcionará todo lo que necesitamos, la paz. Ese amor mutuo tan prohibido llegará a su máximo esplendor y nada lo apagará, va más allá de todo y de todos porque en realidad, ya no hay nadie y no hay nada. Sólo nosotros hundiéndonos entre miradas, enamorándonos todo el tiempo entre caricias, sintiendo el roce de nuestros labios y jugando a un juego que sólo nosotros podremos finalizar, el amor.

1 comentario:

Druida de noche dijo...

El amor es un silencio del cuerpo que suspende el griterío. El amor suspende el ruido del mundo.

beso
Druida